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Color Sensing y Macsa ID demostraron en la pasada edición de Hispack que es posible combinar sostenibilidad, inteligencia y automatización del etiquetado. Las propuestas presentadas por ambas compañías se enmarcan en una nueva generación de tecnologías de marcaje, respetuosas con el medioambiente, y que convierten en smart los productos gracias a etiquetados automáticos que aportan capas digitales avanzadas con todos los detalles sobre condiciones de uso y trazabilidad.

Color Sensing es una spin off tecnológica nacida en 2018 en el seno de la Universidad de Barcelona. La empresa de nueva creación, fundada y liderada por María Eugenia Martín, surgió para resolver el desafío de la conservación de los productos frescos una vez que salen de su lugar de producción “Actualmente no existe trazabilidad sobre la frescura real de alimentos envasados durante su vida útil a lo largo de la cadena de suministro. A nivel mundial un 33% de la comida producida se desperdicia lo que representa más de 990.000 millones de dólares”, explicó Martín en una de las sesiones de Hispack, señalando que, en este caso, “el impacto siempre recae en el productor o en el distribuidor”.

La firma ha desarrollado una Smart Label que, a primera vista, parece un QR tradicional. Sin embargo, está dotada de tintas inteligentes y sostenibles que cambian de color al reaccionar a diferentes parámetros (gases, temperatura, pH, humedad, etc.). De esta manera, por ejemplo, si un producto freso envasado aumenta su nivel de aminas o cambia su nivel de concentración de oxígeno, situaciones que pueden representar un riesgo para su conservación y para la salud de la población, las etiquetas cambian de color. La variación, sin embargo, es imperceptible a simple vista por lo que no genera alarma. Pese a ello, al leer el QR con un dispositivo móvil habilitado para la tecnología de Color Sensing, se accede a una capa digital avanzada que proporciona información sobre la trazabilidad del producto según los parámetros que cada fabricante o distribuidor necesita. Si el QR se lee con un móvil cualquiera, dirige al consumidor hacia la página que desee el productor o distribuidor. La tecnología se ofrece como Software as a Service (SaaS) a través de suscripción que costea tanto las etiquetas como las analíticas asociadas.

Vegalsa Eroski ha participado de manera activa en la validación de la etiqueta inteligente de Color Sensing para los lineales de sus supermercados. Con su utilización han podido confirmar cómo es posible obtener de manera automatizada la información completa sobre la trazabilidad del producto, la calidad del packaging, la frescura de su contenido, detectando, incluso, posibles roturas de la cadena del frío. Entre los beneficios de la tecnología, se ha comprobado que se reduce por debajo del 4% la mercancía en mal estado, se suprime prácticamente la necesidad de lanzar promociones para evitar la pérdida del producto y se gana en una mejor percepción de marca por parte del consumidor.

Además, la prueba piloto realizada por Vegalsa Eroski demostró que la automatización del proceso no se sacrifica en absoluto con la incorporación de inteligencia en la etiqueta: a través de machine visión se puede hacer la lectura en la misma línea de producción, en el envío se recurre al sampler, y en el lineal del supermercado se realiza como hasta ahora, de manera manual, pero se están estudiando nuevas vías para automatizar la lectura.

En el caso de KH Lloreda, su posición de liderazgo en el mercado de productos de limpieza y la gran cantidad de productos que salen de su planta cada día –“cada segundo de horario comercial se vende una botella de KH7 por lo que tiene un 50% de mercado en el segmento de detergentes, explicó Joan Casas Agut, jefe de Ingeniería de KH Lloreda– motivó a la empresa a buscar una solución sostenible y automática para la trazabilidad de su producción a través del marcaje inteligente y sostenible de su envase secundario.

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Joan Casas Agut, jefe de Ingeniería de KH Lloreda

“Buscábamos seguir manteniendo un control total del producto, pero, además, debía ser una propuesta totalmente sostenible y automática. Se debía seguir marcando la botella, la caja y el palet”, explicó Joan Casas Agut.

La respuesta la encontró en la tecnología de su socio Macsa ID, tal y como explicó Carlos Pacha, director de mercado de de la compañía: “le propusimos a KH Lloreda nuestras soluciones de codificación láser, una tecnología Km 0, que es sostenible, fiable y con escaso mantenimiento. Hardware, software y servicios en un nuevo concepto de marcaje”, explicó.

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Carlos Pacha, director de mercado de Macsa ID

El reto que KH Lloreda propuso a Macsa ID era instalar un sistema de impresión de cajas para realizar el marcaje de su embalaje secundario. Éste debería estar integrado en la misma línea de producción, permitiendo su personalización, y la realización de un cambio automático de formato, sin tener que realizar ajustes ante nuevos productos.

Para el marcaje lateral y frontal de las cajas que contienen las botellas de detergente, Macsa ID integró dos láseres en la línea de producción. Asimismo, se instaló una estación de marcaje láser para la impresión de las dos caras contiguas de la caja. Finalmente, con el objetivo de obtener una alta calidad de impresión, se recomendó al cliente realizar la impresión en estático para lo cual se colocaron tres paradores sincronizados con los equipos láser que regulan el paso de las cajas. En este caso, con los equipos instalados y una reserva de aditivo láser en el cartón, se consiguió el contraste adecuado para que los códigos fueran leídos correctamente.

Además del cartón, los equipos de Macsa ID también marcan sobre el film que envuelve los envases (sleeves) y los pallets, que no se retractilan para reducir el uso de plástico. En su lugar, una de las cajas que contiene el pallet va con un marcaje global que contiene toda la información de la plataforma.

Constanza Saavedra, colaboradora de Hispack